Anselma empujaba con paso cansino la silla de ruedas en la que su marido, Braulio, aparentemente dormitaba envuelto en una manta de cuadros rojos y negros.
Atravesaron la plaza con parsimonia y entraron por las puertas giratorias del majestuoso edificio antes de plantarse delante de los dos guardias jurados, un hombre canoso y una mujer de edad indefinida que custodiaban el arco detector de metales. En ese momento Braulio abrió los ojos.
¡Hijos de puta! ¡Sois todos unos hijos de la gran puta!
Anselma se puso colorada. No se terminaba de acostumbrar a las palabras que el alzheimer ponía en boca de su marido, antaño una persona que destilaba paz y sosiego a cada paso que daba.
Lo, lo siento…
¡Hijos de perra! Y tú no te acerques, ma-rra-na, silabeó Braulio.
La guardia jurado le puso la mano en el hombro a Anselma y la sonrió de forma afectuosa.
No tiene usted nada que sentir, pueden pasar si quieren por esta otra puerta.
Y les franqueó la entrada por una pequeña puerta auxiliar. Seis minutos y treinta y siete segundos después el Ministerio de Asuntos Sociales estallaba por los aires.
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Leer el anterior microrrelato: Microrrelato al estilo Paulo Coelho
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Concursos literarios
Oportuno relato en un día como el de hoy
¿Por qué en un día como hoy? He estado totalmente desconectado..
Perdona, pero he vuelto a meter la pata. Hoy ha sido el día internacional para la lucha contra el Parkinson y he hecho una relación errónea
Ahhh, no lo sabía de todas formas.
Eso, tú da ideas… y no dejan entrar ni a un minusválido en los edificios oficiales.
Por cierto, ¿por qué en los aeropuertos hacen desmontar las sillitas de niños, que hay que pasar por el escáner y los churumbeles en brazos, y las sillas de ruedas pasan de la misma?
No sé por qué me he acordado leyendo esto.
Enorme, mushasho.
Gracias por vuestra palabras, Fernando, Small B.T.
Me ha encantado!!!..
Gracias amiga, tienes enlazados los relatos anteriores si te apetece
Excelente relato, muchas gracias Javier. Saludos
Gracias por tus palabras, Luis Alejandro
El microrrelato está bien, Javier, pero a lo mejor pegas un corte demasiado frío entre la emotividad del Alzheimer y la explosión… no sé, un guiño previo que te pueda indicar que no es exactamente lo que parece. Pero novedoso e interesante.
Casi todos mis defectos Manuel, los oculto con la misma excusa: mi estilo es así, pelín brusco, aunque otros me achacan dar detalles en exceso
Releches Javier, me has dejado anonadada… alucinante. Me ha dado un vuelco el corazón a leer la última frase. Un final totalmente imprevisto… y que da mucho que pensar… ¿merece la pena ser buena persona hoy en día??? si la guardia de seguridad hubiera sido una tia puñetera la silla de ruedas no se hubiera escaqueado del detector de metales… aunque… tampoco queda claro si son los ancianos quienes llevan la bomba… de hecho ni siquiera queda claro que estalla una bomba… puede haber sido por otros motivos… lo dicho, un microrrelato que da para pensar muy mucho.
1 besote
Noelia.
Gracias Noelia, esa es exactamente la reacción que buscaba. A veces se consigue y a veces no, en un microrrelato es difícil.
Me ha gustado el microrelato. Mientras lo leía se me pasó por la cabeza un final de ese tipo. Pero es que claro, después de haber leído tu libro de relatos, sé que te gustan los finales sorpresa (a mi también)
.
Me ha gustado mucho mucho… y de paso he descubierto tu blog. Un gran blog, por cierto.
Gracias.
Así, exactamente así, me gustan los ” cierres “. He escrito muchos con esa forma tajante de finalizar la historia. Mis amigos me suelen decir que ” los mato bien muertos “…
Me ha gustado mucho !!!!!!! Si tuviera tiempo no haría otra cosa que escribir/leer, dicotomía deliciosa y en el orden que se quiera…Enhorabuena !!! Y mil gracias x tu boletin de concursos !
Salu2
Me ha gustado mucho tu relato. Desde luego el final te deja muerto. Nos dejas reflexión de la lucha en la vida y por la vida muchas veces para dejarla de manera tan drástica. Curiosamente yo trabajo en Asuntos Sociales en mi ciudad. Mañana me pensaré el ir allá no vaya a ser que estalle …. por los aires. Un abrazo. Mª Ascensión
Gracias por vuestra palabras AleRom, aeigual, anagun.
Ascesión, donde tu trabajas seguramente Anselma no lo hubiera. Vamos, no sé, digo yo, pero no te fies.
Os invito a todos a leer los relatos anteriores.
Ja, grande… Justo antes de llegar al último párrafo estaba deseando que pasara lo que finalmente ha pasado.
Muy bueno, Javi!!
hola javi, te escribo desde Bs As te cuento que leí te micro relato y me pareció bueno, algo asi como recobrar un pasado, un pasado de un hombre precisamente con un pasado cargado de compromiso, militancia y ajusticiado por un régimen que lo perturbo al punto ,creo yo, que le adelantó el Alzheimer.
Yo desde aqui tambien escribo sobre los que nos pasó a nosotros y pienso en ese desgaste perverso que los régimenes gatopardistas que retardan hechos de justicia, no se si estas adentrado en el genocidio de los militares en mi país,y creo que intimamente, que cualquier persona que sufrio el hostigamiento de la dictaura sin haber percibido justicia a “tempo” lleva una mochila sospechosa.
saludos de nacho paz Bs.As.
My apropiado. Teniendo en cuenta los tiempos que corren de crisis, este relatillo me resulta muy oportuno, creo que hasta me sentiría capaz de imitarte creando ficción basada en estrictos hechos reales…Cosas de la vida…
Me ha encantado.
Tus comentarios es cierto que aportan mucho.
Es por lo que los necesitamos en nuestro proyecto de creación de novela conjunta.
Pásate por: http://7plumas.blogspot.com/20.....rensa.html
Un abrazo
¡Me gustado!
¡Saludos!
Grande, como siempre, gracias.
salu2!