Meando en la tumba de Borges

Vamos allá con la polémica tonta de la semana, aunque creo que nos puede servir para lanzar una reflexión interesante, de mucho calado diría yo: la de si debemos o no separar al genio que crea una obra de sus actos en la vida, si debemos juzgar una cosa y la otra al unísono o por separado. Si bien es imposible en ocasiones entender la obra de un escritor sin asomarnos a sus vivencias, ¿no es un error dejar de valorar la calidad de su obra si su autor le daba a la botella como Bukowski, escribía planfetos antisemitas como Céline, o estaba obsesionado con la niña que probablemente dio origen a su obra más conocida, como Lewis Carroll? No, si la pregunta fuera sencilla no la formularía.

Hace pocos días que hablaba en otro de mis blogs de la polémica generada en Francia cuando se “sacó” el nombre de Céline de la lista de personas ilustres que van a ser homenajeados en Francia durante el presente año. Hablando de Borges creo que hace unos años fue Pérez Reverte el que a falta de algo mejor que hacer arremetió contra él. No voy a juzgar si con razón o no, os vuelvo a remitir a la pregunta del párrafo inicial.

Leo en el blog la patilla, aunque creo que es una noticia de agencias, que un escritor chileno ha ilustrado la portada de su libro con la fotografía que os muestro: orinando en la tumba de Jorge Luis Borges. El lo justifica diciendo que “Mi acto tiene dos significados: homenaje al maestro y repudio al (Borges) ciudadano”. Puedo entenderlo y a la vez puedo sospechar que es lo que busca expresar, aunque también me puede dar que pensar que lo único que pretende es provocar para conseguir vender algún libro más. ¿Por qué digo ésto si ni siquiera lo pienso? Muy sencillo, porque todos podemos, en un momento dado, jugar a ser caústicos y provocadores, y ésto, ni es un defecto ni una virtud.

A mi la literatura de Borges me parece subyugante pero a la vez vacía, si es que esto es posible, pero probablemente porque no he conseguido pulsar la tecla adecuada. Eso sí, una cosa tengo bien clara: nunca mearía en la tumba de un escritor, aunque tal vez, pensando en dictadores que mueren en la cama, puede que en la tumba de alguno si bailaría.

Tags: Céline, Jorge Luis Borges, polémicas chorras