Va pasando el tiempo, y aunque en varias ocasiones me he hecho algo de auto-publicidad en la Guía de concursos literarios, mi blog más visitado, no he tenido aún tiempo de comentar nada sobre mi primer librito, Cuentos para gente impaciente, aquí, en mi blog más personal. Trabajo y más trabajo, y por supuesto, tres hijos de golpe me imponen ciertos ritmos que no se pueden saltar tan fácilmente.

No he comentado por qué autoedición, no he hablado de la elección de Bubok ni la del tipo de licencia, ni del modelo de distribución que estas dos decisiones conllevan, ni lo voy a comentar ahora mismo, ya que en primera instancia voy a dejar que otros hablen por mí aprochando este post para agradecer de manera pública a todos los bloggers que me han reseñado hasta el momento, tratando todos ellos este humilde librito de relatos con un cariño exquisito. Para no perder las buenas costumbres empiezo por el final.

Dicky del Hoyo destaca la importancia que tiene la infancia en mis relatos, los niños como proyección de los hombres en los que se convertiran. También resalta la importancia de los entornos rurales. Debo decir que seleccione varios cuentos con ese tipo de escenario para que sirviera de anmalgama a una colección de cuentos muy heterogénea.

Fernando García Pañeda, autor de Tres Gymnopedias dice entre otras cosas que estamos ante un libro de cuentos que, como todo buen libro de cuentos, resulta a veces hilarante, a veces inquietante, a veces desolador.

JJ Merelo desde su Atalaya dice algo que le gusta escuchar a cualquier escritor de cuentos: Cuentos para Gente Impaciente, de Javier de Ríos Briz , es exactamente lo que anuncia: una colección de relatos breves, a los que no les sobra ni una coma. Tampoco les falta…

Mikel Agirregabiria, blogger incansable y “twittero” de pro comenta que es un libro de lectura fácil, no exento de ironía.

Susana Silva, mexicana, autora de Café Toscana dice que el libro es un viaje a espacios rurales, aconteceres ordinarios y otros no tanto, fueron el resultado de esta aventura. Humor negro que en algunas historias nos proporciona un final sorpresivo
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Alberto Haj-Saleh dice en Reducir al mínimo 2.0 que le gusta la diversidad de temas y estilos. ¡Alberto, no me tengas envidia, que no es sano!

Alfredo Cloux, en el foro de su web fue el primero. Lo que más me gusta es que se lo pasó bien leyéndolo, ¡me encanta hacer reir a la gente!. Alfredo Cloux es el seudónimo de Antonio Brevers, autor de Juanín y Bedoya, los últimos guerrilleros.

¡Gracias a todos ellos!

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